Meloy estudió los 4 tipos de acosadores identificables hasta la fecha:
- el obsesivo simple;
- el amante obsesivo;
- el erotómano;
- el síndrome de falsa victimización.
El obsesivo simple y el amante obsesivo se relacionan más con contextos de violencia en la pareja, el primero resultando más peligroso y ejecutando el patrón de acoso generalmente tras una ruptura de la relación con el objetivo de restablecerla; mientras que el amante obsesivo se encuentra más motivado por los celos.
Tipos de acosadores
Entre los acosadores, los estilos de apego de tipo inseguro y temeroso son los más comunes, observándose en el primer caso que un individuo con una imagen negativa de sí mismo y positiva de los demás, constantemente busca aprobación con el fin de ratificar su propio valor; así también los que presentan apego temeroso, que tienen una imagen negativa tanto de sí mismos como de los demás, muestran ambivalencia entre el deseo de mantener una relación y miedo a rechazo, lo cual resulta en frustración de las necesidades de cercanía y en el patrón de conducta de acercamiento y evitación (Wojcieszek, 2015). Estas tipologías que encuadran los tipos de acosadores son fundamentales para justificar y desarrollar adecuadamente el informe pericial psicológico en el ámbito penal.
Soria (2005), sin embargo, encontró en su estudio que el acosador de tipo amante obsesivo, se halla con más frecuencia en casos de homicidio contra la pareja mientras que el obsesivo simple se implica sobre todo en conductas de maltrato. Aunque esta tipología no es constante entre todos los autores consultados, en general hay consenso en cuanto a una categorización de base, según la motivación del acoso, que incluiría: el acoso para la obtención de una nueva relación, el acoso para intimidar, para coercionar y/o castigar por el rechazo ante una ruptura o separación, y el acoso motivado poder y el control (Miller, 2012).
Otras categorizaciones se han propuesto según la presencia o no de trastorno mental en el acosador, la existencia de una relación previa con la víctima o la combinación de ambas características (McEwan, Pathé & Ogloff, 2011). En este sentido, se encuentra que los acosadores que sostenían una relación íntima previa con la víctima, suelen presentar rasgos o trastornos personalidad del cluster B (tendencias a la impulsividad), que se exacerbarían si se hallan aunados a consumo de sustancias (Miller, 2012).
Irene Campos Fernández
Perito Psicóloga en Barcelona