El desarrollo de las tecnologías ha permitido que gran parte de la población tenga acceso a Internet. Sin embargo, existe un sector de la población mucho más vulnerable a este servicio que otros. El número de menores con teléfonos móviles ha aumentado considerablemente en los últimos años. Algunos de estos menores han tenido su primer teléfono móvil a los 10 años, sin ser conscientes del riesgo que esto conlleva. El acceso a internet en los menores de edad, sin un control parental, ha fomentado el ciberacoso entre este sector de la población, entre otras muchas cosas.
En 2019, Save the Children realizó un estudio con 400 jóvenes entre 18 y 20 años. Más de la mitad afirmó haber sufrido ciberacoso cuando eran más pequeños. Las principales afectadas eran niñas, cuyos acosadores eran compañeros de colegio e incluso amigos. Las consecuencias de estas prácticas suelen ser terribles si no se toman medidas a tiempo.
Aunque internet puede ser una herramienta digital muy útil, hay que tener especial cuidado cuando no se sabe cómo utilizarla correctamente. No solo por el ciberacoso, sino también cuando el menor navega por internet y entra en páginas que no son adecuadas para ellos o grupos peligrosos. Algunos de estos grupos “se han puesto de moda” en este sector de edad. Les chantajean para que hagan pruebas que ponen en riesgo su vida o si no desvelan información personal de ellos.
¿Cuánto tiempo pasamos en internet?
Según el último informe de We Are Social y Hootsuite, Digital 2022, un 62% de la población mundial usa internet y le dedica unas 7 horas diarias. En el caso de los más jóvenes (16-24 años según este estudio) pasan alrededor de unas 8 horas diarias en internet, casi más tiempo que en el colegio.
Estos datos han aumentado con el paso de los años, sobre todo en el sector más joven de la población. Pasar tiempo en internet no tiene por qué ser negativo, siempre y cuando se haga un uso correcto de ello. El problema viene cuando las prácticas no son las correctas y se dedica más tiempo a estar conectado que a otras tareas más importantes, descuidado incluso los estudios.
En estas situaciones el papel de los padres y tutores es fundamental, sobre todo para controlar el uso excesivo del teléfono móvil.
¿Cómo limitar el acceso a internet en los menores de edad?
A día de hoy que todo, o casi todo, funciona con internet, es bastante complicado limitar el acceso de los menores a internet. Una de las prácticas más adecuadas para vigilar y controlar dónde navegan los menores es el uso del control parental en los dispositivos móviles de sus hijos.
Las redes sociales, también son propicias para este tipo de violencia. Un mal uso de las plataformas puede fomentar el acoso entre los más jóvenes. En España para crear un perfil social es necesario tener 14 años, dependiendo de la plataforma. No obstante, según los datos de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios, revela que el 68% de los usuarios tienen entre 10 y 12 años.
Muchos menores por miedo al rechazo o sentirse excluidos piden a sus padres o tutores un teléfono móvil con acceso a internet. Gracias al control parental, se pueden bloquear ciertas webs o aplicaciones para que el menor no pueda entrar donde no debe. No obstante, internet es infinito y controlar este acceso las 24h puede ser complicado.
Por otro lado, cuando los niños son más mayores y empiezan a salir o estudiar fuera, muchos padres les dan acceso a un móvil para tenerlos más localizados y puedan llamarles en caso de emergencia. Sin embargo, esto también suele ser peligroso. Para controlar el uso del teléfono móvil, más allá del control parental, existen unas tarifas de móvil para niños adaptadas a sus necesidad, además de tener un uso limitado de datos. Gracias a estas tarifas se puede hacer un mayor control del gasto y uso de datos móviles. Al limitar el servicio, el menor debe hacer un mayor control del gasto.
A pesar de estas limitaciones, para hacer un uso correcto del móvil y el acceso a internet, es conveniente que tanto los padres como tutores del menor supervisen este acceso, sobre todo si se notan cambios en la conducta del menor. De esta forma, se evitarán males mayores en un futuro, además de pedir ayuda a profesionales.